Créditos y préstamos

Fuentes de financiación: ¿En qué consisten y alternativas?

Las empresas y pymes necesitan disponer de tesorería suficiente para atender con agilidad las cuestiones del día a día: las nóminas, el pago de suministros, los impuestos o las adquisiciones de servicios y bienes. Sin embargo, muchas veces la propia naturaleza del negocio les impide disponer de liquidez recurrente para hacer fre...

30 de septiembre de 2022 · Tiempo de lectura 6 min

Las empresas y pymes necesitan disponer de tesorería suficiente para atender con agilidad las cuestiones del día a día: las nóminas, el pago de suministros, los impuestos o las adquisiciones de servicios y bienes. Sin embargo, muchas veces la propia naturaleza del negocio les impide disponer de liquidez recurrente para hacer frente a estos pagos.

Las fuentes de financiación son entidades tanto públicas como privadas a las que podemos acudir en búsqueda de fondos para un fin concreto. Fundamentalmente, existen dos tipos de fuentes de financiación de una empresa: internas y externas. Conocer cómo utilizar correctamente estos productos financieros es la mejor forma de sacar la máxima rentabilidad a nuestro negocio.

¿Qué tipos de fuentes de financiación existen?

Las fuentes de financiación son, esencialmente, las vías que utiliza una empresa para conseguir fondos. Podemos encontrar dos tipos de financiación:

  • Financiación interna: es la financiación que proviene de los recursos generados por la propia empresa, que no han sido distribuidos por los socios o propietarios, y cuyo origen es la actividad mercantil. Son ejemplo de financiación interna, los beneficios no distribuidos o las amortizaciones.
  • Financiación externa: es aquella a la que se recurre cuando no se cuenta con los recursos financieros suficientes para continuar con la actividad empresarial. Algunos ejemplos de financiación externa son, las líneas de crédito, las subvenciones públicas, los préstamos o los pagarés.

¿Cuáles son las fuentes de financiación propia?

Se conoce como financiación propia a los recursos financieros que las empresas producen por sí mismas. La financiación propia se basa principalmente en dos partidas:

  • El capital social: está formado por las aportaciones monetarias o de bienes materiales hechas por los socios para la constitución de la empresa.
  • La autofinanciación: es la que se obtiene gracias al beneficio neto de cada ejercicio de la empresa, es decir, de aquel que no se reparte entre los socios y se dispone para cubrir las necesidades del negocio.

Financiación propia a corto plazo

Las fuentes de financiación a corto plazo son los recursos destinados a un periodo de permanencia inferior a un año, y en ese plazo deben ser amortizados. Se dedican a cubrir pequeñas inversiones y gastos corrientes.

Financiación propia a largo plazo

Los fondos propios se consideran una financiación a largo plazo, ya que es un capital disponible sin límite temporal.

¿Cuáles son las fuentes de financiación ajena?

Nos referimos a fuentes de financiación ajena cuando los fondos provienen de personas o entidades externas a la empresa. El principal factor que las distingue de las fuentes de financiación propia es que aquellas se conceden a cambio de la devolución del dinero junto con unos intereses previamente pactados.

La financiación externa se divide en financiación a corto plazo y financiación a largo plazo, según el periodo de devolución de los fondos recibidos. Por lo general, se considera financiación a corto plazo cuando el plazo de devolución es de hasta un año, o lo que es lo mismo, un ejercicio económico. Si el plazo es mayor, estaríamos hablando de financiación a largo plazo.

Financiación ajena a corto plazo

Algunos ejemplos de este tipo de financiación serían los siguientes:

  • Microcréditos o líneas de crédito a corto plazo: se formaliza un contrato en el que una entidad financiera entrega una cantidad de dinero a la compañía. A cambio, el destinatario se compromete a reembolsar el capital en el plazo y forma establecido. En el caso de las líneas de crédito, las compañías pueden retirar la cantidad que necesiten puntualmente y solo pagarán los intereses correspondientes a esa cifra, no por el total de la línea de crédito.
  • Ayudas y subvenciones: son las ayudas anuales que aprueban las administraciones públicas para impulsar la actividad empresarial. Existen diferentes ayudas en función del periodo de maduración del proyecto y las características del negocio.
  • Crédito comercial: se conoce como crédito comercial al aplazamiento en el pago que se concede a un cliente por parte de una empresa en una compra de bienes o servicios. En definitiva, consiste en combinar el retraso en el pago a los proveedores con el adelanto en el cobro de las facturas. De esta forma, se logra una liquidez a corto plazo sin coste adicional ni intereses.
  • Factoring: a través del mecanismo del factoring, una empresa cede un crédito (una factura o derecho de cobro) a una entidad financiera (factor) a cambio de que le abone esa cantidad de dinero. Las empresas pueden beneficiarse, además, de la cobertura del riesgo de impago y de la gestión del cobro asumida por la entidad.

Financiación ajena a largo plazo

Encontramos varias alternativas de financiación a largo plazo dependiendo de su origen:

  • Préstamos a largo plazo: los préstamos a largo plazo están concebidos para financiar una inversión o un plan de negocio en un horizonte temporal de varios años. Así, para obtenerlos es necesario presentar a la entidad la documentación que refrende la viabilidad del proyecto a largo plazo. Sus características son similares a las del crédito, la entidad financiera concede una cantidad al prestatario a cambio de que se la devuelva en una serie de cuotas establecidas más los intereses.
  • Leasing: las empresas recurren a esta práctica cuando necesitan un equipo productivo y no disponen del dinero necesario para comprarlo. La empresa de leasing adquiere el equipo al fabricante y se lo cede a la empresa, con la condición de que esta pague una serie de cuotas en concepto de alquiler. Al finalizar el contrato de arrendamiento, se puede acceder a la compra del bien.
  • Renting: funciona prácticamente de la misma forma que el leasing, con algunas diferencias. En este caso, la empresa de renting es la propietaria de los bienes y, por tanto, se encarga del mantenimiento y el seguro de estos.
  • Empréstitos: un empréstito surge cuando una sociedad tiene una necesidad financiera muy elevada y, en consecuencia, le resulta complicado obtener un préstamo de un solo prestamista. En estos casos, la empresa divide el dinero que necesita en varias partes de igual valor (denominadas bonos u obligaciones). Estas se ofrecen al público y el que las adquiere estará prestando dinero a la empresa. Por su parte, la compañía tiene la obligación de devolver el dinero en el plazo pactado junto con una serie de intereses.