Educación financiera

¿Qué son las tarjetas revolving?

Las tarjetas se han convertido en un instrumento prácticamente imprescindible para nuestro día a día y, de hecho, empiezan a superar al dinero en efectivo como uno de los principales instrumentos de pago. Existen multitud de diferentes tipos de tarjetas en el mundo, siendo las más conocidas las de crédito y las de d&eacut...

30 de septiembre de 2022 · Tiempo de lectura 5 min

Las tarjetas se han convertido en un instrumento prácticamente imprescindible para nuestro día a día y, de hecho, empiezan a superar al dinero en efectivo como uno de los principales instrumentos de pago. Existen multitud de diferentes tipos de tarjetas en el mundo, siendo las más conocidas las de crédito y las de débito. Sin embargo, cada vez se habla más de las tarjetas revolving.

Así, es muy posible que hayas oído hablar de ellas, aunque es un producto complejo y puede resultar difícil saber exactamente en qué consiste. Por ello, vamos a explicaros bien qué es una tarjeta revolving y cómo funciona. ¡Vamos a ello!

¿Qué es una tarjeta revolving?

Lo primero que tenemos que entender es que una tarjeta revolving es, básicamente, una tarjeta que nos permite administrar un crédito al consumo. Con ella, podremos realizar compras y los pagos quedarán aplazados automáticamente para que los vayamos ingresando poco a poco en determinados plazos.

Así, mientras que con una tarjeta de crédito convencional podemos pagar todo lo gastado inmediatamente y sin intereses o aplazar el pago, las revolving nos permiten aplazar todos los pagos en las cuotas que seleccionemos, a cambio de un interés que vendrá previamente especificado en el contrato de la tarjeta.

Normalmente, las tarjetas revolving llevan consigo un límite de crédito, que irá disminuyendo conforme vayamos ejecutando cargos a la tarjeta. Según vayamos devolviendo el dinero, el crédito irá estando disponible de nuevo para que podamos hacer uso de él.

A la hora de devolver el crédito de una tarjeta revolving, tenemos dos opciones:

  • Pagar un porcentaje: En este caso, podemos escoger qué porcentaje del saldo pendiente queremos devolver cada mes, siempre dentro de unos mínimos y unos máximos que dependerán de la tarjeta.
  • Pago fijo: Si optamos por esta modalidad, pagaremos una cuota fija, también dentro de unos máximos y de unos mínimos.

Este tipo de tarjetas tienen las ventajas de las tarjetas convencionales, pero, si optamos por retrasar el pago y pagarlo por plazos, tendremos que abonar también el interés. De esta manera, nos darán más flexibilidad en caso de que necesitemos algo de tiempo para afrontar una compra, aunque es importante que tengamos cuidado para no posponer el pago indefinidamente, ya que eso nos puede suponer problemas a la hora de pagar los intereses. Es decir, cuando utilicemos una tarjeta revolving tenemos que actuar como si se tratara de un crédito, asegurándonos previamente de que vamos a ser capaces de devolver el dinero con comodidad.

Ahora que ya sabemos lo que es una tarjeta revolving, podemos decidir cuándo nos conviene usarlas. Como hemos visto, nos dan mayor flexibilidad y nos permitirán conseguir liquidez de manera inmediata si lo necesitamos, pero siempre teniendo cuidado y controlando en todo momento el dinero que debemos, para poder devolverlo siempre con comodidad.

¿En qué se diferencia un crédito revolving de una tarjeta revolving?

Es posible que muchos de ustedes, además de las tarjetas revolving, hayan escuchado hablar de los créditos revolving, pero ¿Sabes en qué consisten? No te preocupes porque es muy sencillo y seguro que te es muy familiar si nos referimos a ellos como líneas de crédito.

A través de este servicio, una entidad financiera nos concederá un importe máximo del que podremos ir haciendo uso a lo largo del tiempo.

Así, sí, por ejemplo, un mes necesitamos algo más de liquidez, podemos utilizar parte del dinero y guardar el resto. De esta manera, solo tendremos que devolver la parte dispuesta (además de los intereses asociados) en el plazo que hayamos acordado, lo cual nos da una gran flexibilidad para organizar nuestras finanzas personales. Una vez que hayamos devuelto el dinero, volveremos a tener el límite de crédito disponible y, si no lo empleamos, no tendremos que pagar nada más. De esta manera, la línea de crédito (o crédito revolving) actúa como una especie de colchón financiero al que recurrir siempre que queramos.

Este tipo de servicios estaba antes especialmente dedicado a empresas y autónomos, ya que, por sus características, encajaba muy bien. Sin embargo, también al resto de usuarios, ya que es, con diferencia, el servicio de financiación más flexible y que más control da a los consumidores.

En definitiva, un crédito revolving funciona exactamente igual que una tarjeta revolving, aunque suele ir asociado a una de nuestras cuentas bancarias, en la que la entidad financiera nos ingresa el dinero para que vayamos disponiendo de él según lo vayamos queriendo.

Al igual que en el caso de las tarjetas revolving, nuestra recomendación es que únicamente solicites una línea de crédito si puedes devolver cómodamente la deuda. La ventaja de solicitar este tipo de productos es que analizarán tu situación para ofrecerte un producto que se adapte perfectamente. Este tipo de prácticas, conocidas como responsible lending, nos dan siempre la tranquilidad de saber que vamos a poder afrontar la deuda sin mayores problemas.